A veces ya no soy capaz de reconocer mi pasos, de entender que el laberinto es mi hogar y que la salida reside a cientos de kilómetros del lugar al que mis pasos consideran patria
domingo, 7 de octubre de 2018
domingo, 28 de enero de 2018
Volaba sólo con decir una palabra, y me transportaba con un beso a los rincones más cálidos del universo, pero al abrir sus alas, me llevaba a sitios donde ni los sueños llegan, a lugares tan recónditos que ni en mis más grandes fantasías podía imaginar.
Anoche tuve un sueño,
soñé que un ángel me visitaba,
con sus femeniles manos acariciaba mi rostro casi inerte por el letargo de mi abandono,
con su aliento febril dominó mi exilio, y protegió con su escudo mis dominios,
hizo sucumbir mi desazón, me animó con un beso, uno de tantos.
Anoche me visitaba un ángel,
el ser alado que gobierna mis delirios, el sueño lúcido de un enajenado,
el horizonte del pirata que extravió su rumbo, sin querer, sin imaginar,
la luz que ven los ojos del que enclaustrado en cautiverio no percibía el aura.
Anoche con sus delicados deseos me besaba un ángel,
me exaltaba con el movimiento de sus alas, a lo más alto de mi alma, a mi propio infinito,
al clímax de mis sentidos,
y mientras mi piel se erizaba, mis sentidos se mezclaban con el aire,
daba vueltas en círculos por su perfecta circunspección,
me abrazaba tan fuerte para unir su alma con la mía,
fusionar su cuerpo perfecto con mis debilidades.
Anoche tuve un sueño,
soñaba que me visitaba un ángel,
y al abrir los ojos, me dijo “duerme amor mío, estás cansado”
lunes, 24 de agosto de 2015
De las cenizas surgirá un guerrero, brillará con la luz de su estirpe, logrará encontrar la luz, logrará vender su infortunio y vengar sus ofenzas, de las cenizas surgirá un guerrero, y le pondrá fin a la noche de mis demonios
caminando por espinas y ruidos infernales, con el miedo en las pupilas,
con el frío en las venas y la sangre derramando mis nostalgias,
como una prueba viviente de mi infortunio, como una muestra de mi dolor,
porque aunque no quiero dejar huellas, una mancha ámbar me sigue el rastro,
y respira conmigo una melancólica añoranza, de días idos, de días fenecidos.
Y el sonido de mis pasos me vacía las retinas,
me estoy cayendo, estoy persiguiendo las inflexiones de pálidas penas sucumbidas,
y veo un rostro que sonríe, un cuadro atroz que me atormenta,
veo en las espirales de mi vida, ecos etéreos de amaneceres estériles, de noches de infortunio,
vengo de tinieblas plagado, en tonos grises, con mi cadavérica mirada,
vengo en nombre de la venganza, a cobrarle a mi alma el peso de aquella partida
viernes, 26 de junio de 2015
…y, si sólo somos polvo de estrellas, o galaxias de universos escondidos, y ¿si sólo somos un grito en el medio de la nada?
…y, si sólo somos polvo de estrellas, o galaxias de universos escondidos, y ¿si sólo somos un grito en el medio de la nada?
A veces fluyo como horizonte sin espinas, como rama envenenada por la vida,
como silencio meditado, frase no dicha, o como agua en el desierto de mis mares.
A veces me compongo de amaños y caricias, de ilusiones fenecidas,
porque estoy buscando entre la nada un pedazo de mil sueños mutilados,
ese manantial desorbitado de lágrimas, que perdí cuando me iba,
cuando me asomaba por la aurora, con mis utopías encendidas,
con esos pedazos de mí que no recojo, que se burlan de mi reinante agonía.
A veces simplemente vuelo con el soplo de la nada,
con las catedrales en mis bolsillos de ilusiones roto,
fraguando en mis suspiros la razón de mi desprecio, con los puños en alto, cerrados, siempre cerrados
y las inspiraciones de las sombras que me envuelven en tinieblas, ¡ya no soy! ¡Ya no he sido!
sólo soy ese ser que a veces fluye, que a veces siente, que de tanto levantarse aprendió a ya no caer
jueves, 7 de mayo de 2015
Me persiguen arrumacos y recuerdos, me estoy congelando la vida
arrastrando cadenas, seduciendo memorias olvidadas,
seduciendo con miedo el aroma de mis miedos.
Acoso dolores insepultos, frases que no se dicen, colores que no puedo ver,
estoy acorralado por unos ojos ciegos que sangran,
y mueren conmigo en cada abrazo, en gélidos gestos mutilados,
que se niegan a vivir, que rechazan con vehemencia su anunciada muerte.
Y el hambre me consume desde adentro, me está minando,
me muerde una resaca emocional,
mi alma grita, mis lágrimas se esparcen en grisáceos cielos,
no quiero estar aquí, no quiero estar así.
Me rechaza la amargura, se suicida la nostalgia,
estoy sin haber estado donde siempre estuve,
descansando en agonía de mis últimos suspiros
domingo, 28 de diciembre de 2014
caminando por las aceras de la vida, como al inicio de la nada, como en el éxtasis de un todo que se niega a morir junto a mis pasos, voy conducido por decapitados pasos, dejándome guiar por cicatrices insepultas, sigo por la senda de lo desconocido persiguiendo el aroma de tu espanto, viendo transitar libremente al señor que nos consume.
Vienes tú, trayendo tu cuerpo,
tus pasos, una fortaleza tuya
junto a tu reino, un gobierno
inexistente que percibo,
que ni siquiera tú con tu
dulce figura pueden ver.
Vuelves tú con una sonrisa pálida
con tus colores, con tu furia,
y esa arrogancia que me ignora
que paso por alto, y que generalmente
estoy buscando.
Regresas hoy con tu mirada, a quemar mi espanto
y a hacerme recorrer callejones encerrados
a transitar sobre lo oscuro,
y recordar la impotencia de mis pasos.
A tus suaves palabras, a mi lúgubre juicio
a lo delicado de todo el universo grotesco en el que moro,
donde estoy y estás conmigo,
y sin embargo sigo solo y esperando.
y sigo preso de una furia imaginaria, de un corazón dominado por libertades somnolientas, aún, pensando en los laberintos de la nada, libre en mi jaula de huesos y nostalgia.
Tengo en mis pulmones el humo azul de tus encantos,
una suave y delicada caricia, con tenues melodías
llena de dulces alabanzas y un recuerdo grato,
que guarda sentimientos mezclados en el baúl de nuestras emociones.
Y me dejas ir cuando tú quieres, fluyo al horizonte de lo exangüe
nos fundimos en la nada mientras el pasto de un bosque inexistente,
fingía amor y que me extrañas, simula que estamos allí,
que nos tiene prisioneros, como te encarceló en la noche el viento, tú,
destino de mi nostalgia, modelo de una agonía que duerme en tus ideas,
tú, la dama que seduce a mi ternura, con su voz,
y con caricias alimenta la lúbrica nobleza de mis idas y venidas.
Tengo ganas de tus besos, de navegar libre por tus labios,
de perder la noción del tiempo mientras profieres versos, palabras,
quiero fluir en tus ideas y esperar que me gobierne la locura
de un clavel inexistente, propuesto en la suerte de una daga.
Quisiera que seamos nosotros y ellos, ellos y la nada
que me dejes extender las alas, para que volvamos a volar en el viento,
para que caminemos sobre el agua, y las vueltas del destino
se sorprendan dominadas por la energía proferida por las enajenadas ilusiones,
y los sonidos de las evocaciones tristes de las hadas.