Loneliness, así se llama la imagen que describe el escrito que sucede a éstas letras, Un sentimiento amargo acompañaba las horas de frío que transitaban por mi mente, mientras el cuadro de Chepik se trazaba en mis dedos--claro que no sé dibujar--pues ya lo sabes, ahora, recuerda las consonantes que proscribió el tormento de tus pasos en los labios de mi descompasada poesía, entonces pregunté: ¿quién no sintió que se vistió de soledad el cuerpo?
En el silencio de mis sentidos, apagado como árbol en el medio del desierto, sin la soledad, sin la compañía, sin ese amargo sentir humano de corporación o afecto. Sólo siento susurrar a mis pupilas cuando se moviliza el céfiro, cuando la fosforescencia se apodera de lo que considero sagrado, de mi dominio, de aquella oscuridad propia de mi afonía, propia también de esa composición oculta que se suicida en el alba y se reconstruye sólida en el ocaso, sé soñar con los rayos de la mañana y sé también como la toz irrumpe en mi abandono, porque es el único ruido estable que no recuerdo, es como los vocablos primitivos, como los dolores ancestrales, como un ave emperatriz del cielo.
domingo, 13 de diciembre de 2009
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