Estas líneas son dedicadas a las horas de mis días, al recuerdo de un tiempo inexistente, de frases sin decir y de palabras ahorcadas en el viento



Y llevo sobre tu pecho mi realidad incierta,
también estoy acarreando la suerte que me domina
el paseíto tétrico entre lo humano y lo grosero,
un olor fétido de los fenecidos cirios
y también el collar de agonía que le regalé a la muerte.
Tengo adormecidos los pasos, cansada la mirada,
adolorido el deseo y el transitar extinto;
y deposité mi confianza en la congoja,
en los arrebatos de mi sombra, en el deber incumplido.
Mientras sobre los astros se dibuja una espiral enorme,
puedo sentir tus huella en mi rostro,
puedo pisotear la mancilladad vida,
quiero también recordar como volabas
porque te tengo, porque te quiero, y porque te necesito
...y volví a ver al miedo ahogarse entre las nubes...

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