y luego, a abandonar la larga lucha, a suplir con inconsciencia los dones obsequiados por el paradigma terrenal, entre universos indistintos y palabras convergiendo al centro de la nada.

¿y luego qué?, Entrenamos amasijos de convicciones y nostalgia, o únicamente aniquilamos tumbo a tumbo los arcaicos retornos de nuestra estancia. O únicamente alimentamos con desprecio los rincones de la consciencia, ¿o qué?

No es únicamente vivir para la congoja, sino también alimentarse de los suspiros que te ofrece el abandono, o tal vez porque la naturaleza de lo extinto lo sugirió como una alternativa grata, a veces la existencia nos ofrece, entre otras cosas, una suerte de destino que en la unión con cada uno de nuestros enraizados designios logran formar sortilegios perennes, casi indestructibles. Pero, es únicamente a veces que lo que sucede--en nuestras mente--realmente se concreta.

¿y luego? a abandonar la lucha que aún no comenzamos, a morir en las tumbas ocupadas por nuestros fracasos, a degollar al verdugo y a deambular solitarios por los laberintos a los que renunciaron nuestras hadas.