Aún cierro mis ojos y puedo observar las delicadas líneas que me dibujaba esa tenue amargura, un suave pétalo de desagradables aromas, con una humilde remembranza, aún están en mi mente las plácidas sonrisas hechas a mano, esbozadas tramo a tramo por pinceles súper suaves, aunque aquellos aún no han podido absorber la realidad de un aroma.de tu aroma, ese brillo.
Y los pasos y las alcobas vacías, se pude ver todavía el resplandor de la aurora, el alba y el cenit, aunque casi nos ha consumido el ocaso, porque el tiempo se estancó en mi ventana, y mis ojos, tienen las palabras escritas por su mano que se re-leen letra tras letra dándole a mi mente un juego de ilusiones transitivas, que se mezclan con el viento, que se mesen con el hálito de mis latifundios mentales.
¿un sonido?, tal vez lo que necesitaba es una sílaba proferida de sus labios, no un conjunto de ilusiones encarceladas en un papel, prisioneras de los errores, de lo inconcluso, de mi necesidad de respuestas a una gran interrogante, tal vez quería tu estocada, tal vez necesitaba que desplaces por mi costado lentamente tu afilada lanza, que me asesinen tus manos y no tus palabras, porque el sabor de la derrota es menos agradable, porque aún no aprendí a perder, porque el sol aún no ha aprendido a salir por occidente, o simplemente porque aún reverdece en mi jardín el aroma delicado de tus flores. En mi eterna lucha, tú y el universal escape del desahogo
domingo, 2 de agosto de 2009
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