Furia

En mis recuerdos se alimenta un puñado de lamentos, ira, nostalgia y los recuerdos tenues de dos rostros pálidos, al uno lo aclama mi alma, al otro lo posee mi cuerpo, después el sonido marchito del agua sobre sus espaldas, sus sombras y el olor que dejaron las huellas de sus pasos.

Se alimenta los desdeñosos deseos de mi alma con una suerte de amargura, que me hace apretar sin parar los puños, sin ver atrás, sin saber a quién golpean, me hiere incluso a mí la fuerza que ejercen sobre mis palmas, me lastiman a mí también los impactos con sus cráneos, estoy lapidando gente, está muriendo desangrada, y mi furia aún no se sacia, aún no se calman los oleajes de mi mente, todavía sigo estropeando los ajenos cuerpos.

Ira compañera mía, no me abandones hasta que de mi cuerpo haya brotado la última chispa, hasta que la sangre se seque, y hasta que los enemigos cercenados se hayan disipado, su huida no será razón para tu calma, furia andante de mis pasos, derrama sobre los que no me aclaman toda tu grandeza y poderío.

...En tu memoria compañera de la hoz...