Locura

A ésto le llamo yo una locura, o tal vez he gastado demasiado el tiempo, he hurgado con demasiada sensualidad las frases que no he escrito, los versos que no he regado, los sentimientos que jamás expresé.

Las frases que me siguen son sencillas, carentes de elocuencia, sin un universo fijo al que apunta, pero con una convicción perpetua, que no se expresa, pero que siento, que me persigue como perseguiría un niño a su cometa cuando el viento la arrastra hacia su mundo eterno, me persigue--y me atormenta--como atormentaría la muerte al suicida, o como corretea por su habitación el sueño de un insomne.

A ésto le llamo yo no saber lo que se dice, pero sentir lo que se expresa, le llamo locura, le llamo como quiero que le llamen.



Sólo puedo escribir sobre mí,
porque soy lo único que poseo,
y aunque tengo acorralado en mi memoria al infortunio
persigo con lascivia el anochecer perpetuo

Puedo también dibujar los latidos del deseo,
el corazón enorme que en sobredosis te apasiona,
si quiero navegar en tus sentidos,
si logro atravesar el mar de tus gregarios

Puedo resistir también a tu tormenta,
a tu elegía, a la muerte de tu prójimo,
debo, si quiero, cambiar la suerte de lo eterno
si mis alas te abandonan, si me deja tu sonrisa,
si el viento, no me lleva a donde me conduce la mañana

Sólo puedo escribir sobre lo que quiero,
porque es lo único que tengo,
y aunque pueda liberar a mis difuntos
jamás entenderé que es lo que realmente pretendo.