domingo, 14 de abril de 2013
Navegando en el baúl de los fenecidos recuerdos, me encontré con lo que un día me sugerí como destino.
No sé a quién, ni por qué;
ya no tengo nada,
casi lo encontré todo
déjame, cuerpo mío
quemarme en las cenizas
de la luna
y el brillo de las serpientes
rompa con sus labios
las cadenas del exilio
Ya no siento mis alas
se esfumó de mí la locura...
El delicado sonido de la luz
en la tormenta
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