Entre la nostalgia y la almohada, se dibujaba un nombre, nombre que se tatuó de espanto, y mientras el horizonte esbozaba con su entidad amarillenta un pasadizo para mis huellas, brotó de mi pluma el recuerdo de una rosa...
Ayer visitó mi almohada, la víctima de mis sueños
un ejemplar amargo y doloroso que desdeñó mis sentidos
y mientras el tormento me acompañó hoy,
la sombras de sus femeniles encantos
diagramaban solitarias las espirales en las que por voluntad
conducido al suicidio, acudí
Ayer se vistió de sueños la muerte, se camufló de amor el dolor
y con la insensata compañera, entre el humo y tu sonrisa pálida
se desdibujó un nombre, el memorial, la lujuria jamás dada
en un universo de tabaco y bambalinas
empuñando espadas, cercenando a los decapitados idilios
En éstas idas y venidas, me encontré contigo
y dibujaste números e imaginé suspiros
entre tétricas melodías, tan mías, tan ajenas de ti
allí visitó a mi almohada, la señora de sus propias quimeras,
el encanto, la rosa... y una fragante competencia audible
sólo de mis enemigos, sólo de ese momento y esa noche
domingo, 28 de marzo de 2010
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