Se me están asfixiando los versos en ese universo lleno de humo gélido que te propongo, se me acaba el tiempo y se me desvelan los pasos, sigo en tu enorme ironía, en ese mancillado hueco en el que me cobijó tu espanto...
Vivo en un mundo de fantasías suburbanas
colgado de las cuerdas musicales del enredado Do Mayor
prisionero de mis propios sueños, con alegrías tétricas, con ilusiones burdas;
vivo enraizado en las espirales de tu cabello,
en las marañas de tus rubios bucles,
en tus labios grises y resecos como el viento de la madrugada reinante
Vivo despertándome de un sueño escrito en versos,
tratando de subir las escaleras de la brisa,
entre el barullo de las huellas titilantes y néctar blasfemo del engaño,
allí estoy, esperando encontrarte otra vez cuando te vea,
yo, escuchando los ladridos del alba,
solo, como cuando esperaba que aparezca,
solo, como cuando despuntan las primeras luces.
Y hoy, me arrullan los brazos de la embriaguez,
estoy acompañado por las sombras que cortejan tus pestañas,
volando con mis unicornios grises, despilfarrando el porvenir,
construyendo castillos de arena sobre las grandes olas,
camino, con los asesinos del fénix, con los muertos de tu ausencia.
y con el delicado aroma que brotaba de tus risos,
en la tenue fracción de hora que nuestros caminos se enlazaron
lunes, 8 de noviembre de 2010
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