Recuerdo

Salve Mi Reina, compañera de mi viaje, la señora de mis idas y venidas, la dama que camina de mi mano, mi dulce guerrera, la dueña de mi existencia, mi amiga, mi escudo y mi espada, ¡Salve Soledad!, ¡por nuestro amor a la gloria!

De pensar en ti tengo en mi memoria tu nombre tatuado

enraizado en mi corazón las palabras de tus labios, los colores de tus besos

el perfume—hoy ausente—de tu piel, de tu orografía perfecta

porque vengo pensando en los pasos que dimos juntos en nuestro asenso hacia el cielo

porque siento el frío de la madrugada en la oscuridad de mi refugio

De pensar en ti vengo con las heridas sangrando, con un agujero en el pecho

con el viento emancipado, sin oxígeno en las vertebras, 

sin trillas de espesuras ensangrentadas

tengo acorralado en mis tórax a las horas que nos han alejado

y el sonido zigzagueante de un hasta pronto furtivo, el beso de despedida, la última lágrima

De pensar en ti tengo en ventana tu rostro dibujado,

una matriz cóncava de ilusiones perpetuas, el recorrido de mis huellas en tu piel

el recuerdo de un abrazo, un grito sordomudo en los laberintos de la memoria

porque necesito de tu esencia, tu ánimo, tu aliento, el bamboleo de mi espanto

porque mi corazón te ama con su fuerza, 

porque con tu amor caminaremos—incluso ciegos—a la gloria